EXPOSICIÓN » TARDE DE DOMINGO » DE MARCIANO BUENDÍA – KIKEKELLER
El sábado 22 de septiembre de 2018, me encuentro con Marciano en la glorieta de San Bernardo, para hacerle una entrevista que pueda dar lugar a un texto para su exposición. Nos sentamos en un café cercano y le propongo un juego que inmediatamente acepta:
He traído esta caja que me entregaste hace años. Dentro de ella hay diez objetos pequeños que he encontrado en mi casa, para que comentes qué te sugieren. Los iré sacando uno a uno, grabaré tus palabras y después las transcribiré: Así obtendremos el texto que me has encargado.
CAJA (Caja metálica del Monte de Piedad)
Llegó a mis manos desde un contenedor, en frente de mi taller. Yo ya estaba trabajando con cajas, unas encontradas y otras nuevas, para incluir en ellas los ciudadanos como los veo en las ciudades: unos encajados, otros enraizados, otros al límite, otros en el vacío.
GAFAS (Montura de plástico negro, y plásticos transparente sin corrección de dioptrías)
(Ríe) En principio me quedo mudo, porque las gafas son para mi, ahora mismo, fundamentales. En ellas también veo espejos, que siempre reflejan cosas: desde luces, como en este momento, hasta imágenes. Me encantan, y las redondas más.
CAJA DE CERILLAS (Con retrato de Tagore impreso) ¡Uy! ¡Tagore! ¡Son cerillas! ¡Y además fuego! Con posibilidades de fuego, fuego que Tagore ha encendido muchas veces en el interior. Tagore es mi poeta favorito. Hay un poema maravilloso que dice: “Donde la mente esté libre de temores, y la cabeza se yerga en alto...” y acaba: “En ese mundo de libertad, es donde quiero que mi tierra se levante.” PARTITURA INTERVENIDA (Papel con dos pentagramas cruzados por líneas de hilo negras y rojas, cosidas) ¿Son pespuntes? ¡Un papel pautado para música! Me gusta mucho, no puedo verbalizar la sensación. Me hace viajar, pero no puedo expresarlo con palabras. Veo caminos y trabajo, un trabajo minucioso, espontáneo solo en apariencia. Me parece que está muy elaborado.
A VUELTAS QUIETAS (Libro de Samuel Beckett, editado por La uña rota) Uf. Esto me lleva a una época pasada, quiero decir que hace mucho tiempo de aquello. Me lleva al teatro, por supuesto. Beckett era uno de esos autores que en esa época yo respetaba mucho, pero no acababa de entenderlo. Me atraía, pero yo me emocionaba con Lorca. (Leemos: “A mediados de 1984, Beckett es atropellado en pleno centro de París por una frase que queda engastada en su cabeza: Una noche, sentado a su mesa con la cabeza entre las manos, se vio levantarse y marchar.”) ¡Estás haciendo que vuelva a leer a Beckett!
PEN DRIVE (Rojo, usado, sin tapa) Me gustaría saber qué relación tiene esto con la exposición (Ríe) ¿Qué representa? La incomprensión, el cambio de época. Para mi es una revolución: ¿Dónde van con esta historia? No sé qué tipo de ciudadanos se pueden crear después de todo esto, ni qué tipo de sociedad puede generar esta revolución. Hice una pequeña instalación llamada RECONOCIÉNDOSE. Y sí, utilizo la tecnología, pero de forma elemental. No entro en ninguna red social, no participo.
UN EURO (Moneda con el Hombre de Vitrubio grabado en su reverso) El cambio de moneda fue una historia muy curiosa, yo pensaba que no me iba a adaptar. Aquello me hizo darme cuenta de la inestabilidad y la evolución constante de todo. El ciudadano no controla nada. En lo material estamos en manos de poderes, pero en lo espiritual sí somos responsables de nosotros mismos. (Contempla el dibujo de Leonardo) Pero ¿Qué tiene que ver este dibujo con la moneda? Esto es utilizar los símbolos y el conocimiento para disfrazar las cosas.
LA FUENTE DE DUCHAMP (Postal recibida desde la Tate Modern con fotografía de la pieza de Duchamp girada 180º) Me parece un atrevimiento maravilloso. No reparo mucho, he intentado ver algo, pero no deja de ser un mingitorio, no me sugiere nada ¡Me parece una cosa tan prosaica! En su momento fue un revulsivo, pero si lo veo así, girado... Bueno, si se quiere sacar punta, pues sí, vemos cosas, pero... (Silencio)
ESQUELETO (De plástico, translúcido y fluorescente) Es como en escultura, cuando haces un armazón. El esqueleto es eso mismo: el sustento de las partes blandas. Y tiene su función fundamental. Esto es casi una caricatura. Le voy a ver bien la cara; bueno, el plástico de los huesos. Es muy divertido. El cuerpo humano es un mecanismo tan perfecto que cualquier representación de él me encanta. ¿Recuerdas los esqueletos que llevaban los taxistas colgando en el espejo? ¡Se movían y hacían ruidillos!
MI PRIMER PASAPORTE (Expedido en 1990) Tu pasaporte me habla de las fronteras que nos hemos creado, y que no existen en el planeta. Sin este documento no podemos movernos a otros países. Me lleva al título de mis piezas. (Lee: ENCAJADOS, ENRAIZADOS, HASTA EL LÍMITE, NUMERADOS) Siempre pienso en las fronteras y los guetos, porque el planeta no es de nadie y nos pertenece a todos. Pasa el tiempo y quieren crear más fronteras. GRACIAS POR SU RISITA (Servilleta manipulada por mi, hace años) ¡Me encanta! Seguro que todos reaccionamos igual. ¿Hay más? ¿Este roto es una casita? Me encanta y, sabiendo que es tuyo, (ríe) te veo a ti. Veo esa sutilidad enorme que tienes. Aparentemente no hay nada, pero hay todo un mundo en tu historia. Te veo reflejado en el cambio, en la acción de coger una frase y cambiarla de sentido, en el juego con la ironía, en el sentido del humor y la sensibilidad. Te estaba haciendo la pelota (Reímos).
Para terminar, le pregunto: ¿Por qué has decidido hacer esta exposición?
Marciano responde: Por un montón de cosas, pero sobre todo por el momento. No por el momento social ni por la repercusión que pueda tener mi trabajo,
sino por el momento personal y porque la exposición ha surgido de forma muy espontánea y porque se celebrará en este espacio concreto.
Al despedirnos, le devuelvo la caja otra vez vacía, con el deseo de que algún día vuelva a germinar.